16 Ene

Estamos de luto por Bernd Brederlau, miembro fundador de M.E.E.R.

Por Fabian Ritter

En octubre de 2023 Bernd Brederlau dejó – inesperadamente y demasiado temprano – esta vida. Bernd formaba parte del nucleo de tres personas en los años tempranos de M.E.E.R. e.V. y contribuyó de manera decisiva a la fundación de la asociación. No exageramos si decimos que M.E.E.R. e.V. no existiera sin Bernd.

Bernd dedicaba su vida a los delfines como lo hacen pocos. Siguiendo su pasión por estos animales y después de un encuentro clave con el delfín solitario sociable „Jean-Louis“ en la Bretagne, al principio de los años noventa, aprovechó la oportunidad y compró uno de los barcos (el Viena) que ofrecieron los primeros excursiones de avistamientos de delfines. Persiguió este plan de un modo muy enérgico dejando su carrera de paisajista y se mudó a la isla (La Gomera) con todas sus pertenencias – mujer y niño incluidos – sin haber estado allí antes.
La sensibilidad de Bernd hacia los delfines y las ballenas influyó en la organización del turismo de avistamiento de cetáceos como “avistamiento suave de cetáceos” en las Islas Canarias. Siempre se esforzó por molestar lo menos posible a los mamíferos marinos. Casi nadie tenía tanta sensibilidad como él a la hora de dirigir embarcaciones cerca de delfines y ballenas.
Bernd era una persona profunda que siempre se preocupó por la salud de los océanos. Demostró que quería luchar activamente por ello con su gran compromiso con M.E.E.R., entre otras cosas, pero también más tarde con la fundación de su propia organización Atlantic Care. Su premisa siempre fue: “Los delfines y las ballenas nos dan tanto, así que quiero devolverles algo”.

En 1995, cuando le propuse recopilar datos para mi tesina a bordo del Viena, no dudó mucho y se puso de acuerdo. En aquel entonces perseguimos el concepto nuevo e innovador de recopilar datos científicos desde barcos de avistamiento de cetáceos. En aquel entonces, nadie se pudo imaginar que desde ahí se desarollaba un proyecto de investigación científica a largo plazo y de fama internacional y que los primeros datos recopilados en septiembre de 1995 iban a formar la base de una de las bases de datos de avistamientos más grandes a nivel global…

Bernd sabía muy bien dónde encontrar a los mamíferos marinos y cómo maniobrar en su entorno para dejarles el mayor espacio posible. Él -y con él los muchos pasajeros que tuvo en sus barcos- fueron “recompensados” con encuentros incomparables y a menudo mágicos… En este sentido, Bernd fue un embajador enormemente importante para las ballenas y los delfines. Recuerdo, entre otras cosas, nuestro primer encuentro con cachalotes, nuestro encanto al ver el comportamiento de los delfines moteados y el “descubrimiento” de delfines de dientes rugosos frente a la isla. Bernd también contribuyó a varios artículos científicos con sus observaciones y estudios.

El Viena era siempre el barco mejor mantenido del puerto. El gran amor de Bernd por el mar también se reflejaba en el hecho de que siempre mantenía sus barcos en mejor estado que nadie. En sus últimos años, cuando ya hacía tiempo que había dejado el M.E.E.R. y más tarde también dimitió como patrón de las excursiones con delfines, se sintió atraído aún más por el mar adentro. Junto con su esposa Juliette, ofrecía largos viajes a las Azores, Madeira y las Islas Canarias en el velero Milagro. No es necesario decir que el Milagro siempre brillaba y estaba en excelente forma.
Sin embargo, siempre se mantuvo fiel a La Gomera y permaneció aquí hasta el final de su vida.

Bernd siempre estuvo abierto a la magia del mar, vivimos innumerables momentos mágicos en presencia de ballenas y delfines, y nunca perdió su sentido lúdico. Tal vez este fuera el secreto de su éxito a la hora de acercar literalmente los mamíferos marinos a tanta gente. Creo poder afirmar que el mar era el mayor maestro de Bernd. A la inversa, Bernd era uno de los alumnos más sabíos del mar y de sus habitantes.

Cuando un equipo de televisión nos entrevistó de forma inesperada y totalmente imprevista con la entonces aún desconocida Sandra Maischberger durante nuestras primeras excursiones juntos (ver foto), Bernd hizo el posteriormente legendario comentario cuando le preguntaron cómo se podía explicar el comportamiento amistoso de los delfines: “Es que… son… – así son los delfines”. No había mejor manera de decirlo en pocas palabras.

Enviamos nuestro afectuoso saludo y nuestro pésamen a las hijas de Bernd, a su familia y a su esposa Juliette.

¡Te echamos de menos, Bernd!

Con profunda gratitud, y en nombre de todo el equipo de M.E.E.R. e.V.

Bernd en su barco, el Viena, frente a La Gomera. Imagen superior: Bernd durante su legendaria entrevista en 1995.