El avistamiento de cetáceos ha gozado siempre del interés general y se ha convertido en uno de los sectores del turismo con más fuerte desarrollo en los últimos años. El número de ballenas y delfines que se ve acosado por la observación de cetáceos comercial crece vertiginosamente. Esta circunstancia conlleva a la necesidad de la creación de directrices que minimicen el impacto negativo sobre los cetáceos. Por otro lado hay que señalar que en este ámbito casi no disponemos de iniciativas investigativas de importancia en Canarias.
Los resultados de los estudios pueden ser llevados a la práctica en la elaboración de la regulación de la observación de cetáceos. Además, estos están ligados íntimamente a un vasto concepto que, con el objetivo de proteger el mar y sus habitantes, relaciona el turismo de observación de mamíferos marinos, además de con la investigación científica, con el trabajo a puertas abiertas.
En el año 2003 MEER ha publicado un detallado informe que recoge los resultados de las investigaciones en el periodo de tiempo comprendido entre 1995 y 2001 y que expone la importancia de los resultados con especial referencia a la creación de un espacio marino protegido. De este modo se ha llevado a cabo una acción sin precedentes, ya que por primera vez en la historia La Gomera ha adquirido reconocimiento, tanto nacional como internacional, como hábitat natural de ballenas y delfines de relevante riqueza. Asimismo, han podido ser descritas de manera exhaustiva las posibilidades de un turismo de cetáceos sostenible.